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compartir la custodia de los hijos

Compartir la custodia de los hijos

¿Cuáles son los principales problemas al compartir la custodia de los hijos?

Compartir la custodia de los hijos es posible gracias a la ley 15/2005 en su artículo 92. Una de sus principales ventajas es garantizar el régimen de visitas y estancias. Ambos progenitores se comprometen a tener igualdad de responsabilidades para con los hijos. Pero, a pesar de las ventajas, la custodia compartida también trae consigo algunos problemas.

Problemas derivados de compartir la custodia de los hijos

Los principales criterios que siguen los tribunales para otorgar la custodia compartida son varios. Los más decisivos son: la dedicación a los hijos antes de la ruptura del matrimonio, la capacidad de mediar y negociar, la situación del domicilio (si está cerca del colegio) y la propia opinión de los menores.

Con todo lo anterior, el juez tomará la decisión que mejor convenga para el bienestar de los menores. En el caso de compartir la custodia de los hijos, aunque a primera vista podría parecer que es preferible a la custodia de un solo progenitor, a la hora de la verdad no es tan sencillo.


¿Por qué no es buena para los hijos?

Según el tipo de separación y de las necesidades de los hijos, La custodia compartida puede ser buena o no. En los casos donde existe un conflicto familiar, suele pasar que uno de los progenitores se opone a la custodia compartida. En estos casos, es el Equipo Psicosocial del Juzgado quien evalúa y determina cuál de los progenitores es el más idóneo para tener la custodia de los hijos. También puede ocurrir que en casos determinados sea más favorable para los menores la guarda y custodia compartida.

Según los expertos, el sistema de custodia compartida puede llevar también a abusos por parte de los padres. Cada progenitor se hará responsable de los gastos de los menores durante el tiempo en que convivan con ellos en este tipo de custodia. A veces, se solicita la custodia compartida como forma de evitar abonar al otro una pensión de alimentos. En estos casos, son los hijos los que salen perjudicados.

Tener que convivir con ambos progenitores por interés particular de uno de ellos, no es la mejor opción. Siendo el motivo principal la intención de evitar gastos extras, se descuida el bienestar de los menores. En estos casos, los informas de los Equipos Psicosociales son sumamente importantes. Son ellos los que averiguan lo que subyace a las solicitudes de guarda y custodia compartida. Son quienes pueden establecer de forma real y objetiva, la mejor situación tanto para la unidad familiar como para la estabilidad de los hijos.

Por otra parte, cuanto más pequeños sean los hijos, mayor necesidad biológica tienen de mantenerse al lado de un cuidador principal. Esto es lo que garantiza su estabilidad emocional, educativa y de conducta. Esta es la conclusión más importante que se desprende del estudio llevado a cabo por un grupo de psicólogos de la Universidad de Virginia.


El estudio de la Universidad de Virginia

El estudio se realizó en colaboración con Princeton y Columbia. Durante el mismo, se hizo una exhaustiva comparación de las evaluaciones psicológicas realizadas a más de 5.000 menores bajo distintos regímenes de custodia compartida.

Los resultados de la investigación apuntan a que la convivencia estricta tiene como consecuencia mayor inseguridad, inestabilidad y sufrimiento. Esto es así, si se compara a estos niños con el resto de menores que viven siempre bajo el mismo techo de uno de los progenitores. Las consecuencias son nefastas sobre todo cuando se trata de bebés.

Se comprobó que cerca del 43% de los niños que estuvieron un día o más a la semana sin su madre, desarrollaron mayor número de carencias afectivas y mayores dificultades para relacionarse. Como consecuencia, estos resultados ponen en entredicho las medidas incluidas en la Ley de Corresponsabilidad Parental y los beneficios de la custodia compartida.

Los menores, para poder crecer sanos emocionalmente necesitan de un entorno estable. El hecho de ir cambiando de casa cada cierto tiempo puede romper este equilibrio y seguridad que tanto necesitan. Por este motivo, es fundamental determinar de forma objetiva si realmente la custodia compartida es lo más adecuado para ellos.


Consecuencias de la custodia compartida obligada

Como cabe esperar, las relaciones conflictivas entre los progenitores pueden tener repercusiones muy negativas en el desarrollo de los hijos. A nivel emocional, social, y cognitivo los niños pueden sufrir graves daños. En consecuencia, imponer por Ley la custodia compartida a exparejas con relaciones conflictivas, afecta negativamente al desarrollo de los menores.

Las investigaciones demuestran que este hecho trae consigo importantes efectos en la salud de los niños.


Efectos de la custodia compartida en los niños

  • Problemas de socialización: los menores presentan síntomas de aislamiento, agresividad y reducción de competencias sociales.
  • Síntomas depresivos: suelen ser proclives al llanto, la tristeza y la baja autoestima.
  • Miedos: desarrollan miedos no específicos, y miedo a perder a uno de los progenitores.
  • Alteraciones del sueño: tienen pesadillas, terrores nocturnos, y no pueden dormir solos.
  • Síntomas regresivos: muchas veces se presentan casos de enuresis, así como retraso en el desarrollo del lenguaje. También ocurre que actúan como si fueran menores de la edad que tienen.
  • Problemas de integración: presentan problemas de aprendizaje, dificultades en la concentración y atención, y una disminución general del rendimiento escolar. También se observa dificultad para compartir con otros niños.

Por último, sus respuestas emocionales y de comportamiento están marcadas por la rabia, los cambios repentinos de humor, la ansiedad, la sensación de desprotección y los sentimientos de culpa. Incluso pueden padecer síntomas de estrés postraumático, como fobias, trastornos disociativos e insomnio.

Otra consecuencia de compartir la custodia de los hijos que también se ha observado es que los pequeños asumen roles parentales y protectores hacia los hermanos menores, o hacia la madre. En definitiva, la violencia y las relaciones parentales conflictivas, afectan sin duda la visión que los menores tienen del mundo y de sí mismos.

Todo lo anterior influye en sus ideas acerca del significado y propósito de sus vidas y sus expectativas de una felicidad futura. No cabe duda de que compartir la custodia de los hijos, lejos de ser la mejor opción para todos, puede convertirse en una verdadera fuente de problemas.

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